Ya hace unos años que JM Mulet publicó su primer libro «Los productos naturales ¡vaya timo!» El libro trata sobre la falsa creencia de que aquello que es natural es bueno, y aquello que es artificial es malo. Se hace evidente que al final el término natural es solo una cuestión de marketing. Lo mismo ocurre con los ejercicios naturales.
El deporte no queda ajeno a esta acepción y son algunos los que usan esta palabra para acompañar su “método o filosofía de entrenamiento”. Al igual que ocurre con los productos o terapias naturales, aquellos que utilizan el término ejercicios naturales buscan este mismo propósito. Por desgracia, estos supuestos expertos en entrenamiento no suelen haber cursado ningún tipo de estudio superior en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y se basan en creencias paleolíticas o el peligroso “si a mí me va bien, pues a ti seguro que también”. Esto es un error muy grave en ciencia y aún más en actividad física.
La anatomía de las personas es diferente en muchos aspectos. De manera evidente podemos verlo en el tamaño y forma de los huesos, articulaciones, músculo, porcentaje de grasa, etc… Fisiológicamente también somos diferentes. Nuestros marcadores sanguíneos serán diferentes, las reservas de glucógeno, el consumo de oxigeno, las pulsaciones en reposo, etc. Nuestro cerebro también es diferente. Por razones como esta, el a mi me sirve o solo recomiendo lo que he probado y (me) funciona, no tiene por qué servirte a ti porque ¡¡tu naturaleza es diferente a la mía!!
El entrenamiento o ejercicios naturales no es nuevo. A principios del siglo XX, Georges Hébert en sus viajes a Africa observo que los indígenas africanos estaban muy fuertes y estableció que ello no era gracias a un entrenamiento gimnástico como el sueco de la época. Sino por su día a día. Evidentemente, cometió el error de no valorar el potencial genético de dichas poblaciones. Solo hay que ver los campeones olímpicos de atletismo de raza negra. A partir de su hipótesis desarrolló el Método Natural, donde se debía correr, saltar, trepar, movimiento cuadrúpedo, luchar, nadar… Al final se podría decir que el padre del Parkour actual, como se puede ver en este video.
No hay nada más natural que las setas
Las setas son uno de los productos más naturales que conocemos ya que salen solas, y hay mucha gente que las recoge como hobby culinario. Pues bien, hay quien cree que por un instinto primario somos capaces de diferenciar las tóxicas de las no tóxicas. Nada más lejos de la realidad, como se puede leer en este articulo del país donde un experto en hongos acabó falleciendo al comer una seta tóxica. Los casos de intoxicación son muy comunes y pueden llevar a la muerte o a un trasplante de hígado. A pesar de llevar unos cuantos miles de años conviviendo con las setas, aún hoy en día hay intoxicaciones. Por tanto, no, no tenemos un instinto natural. Sabemos que una seta es tóxica porque alguien ha sufrido las consecuencias de su consumo.
Lucha: La actividad física más antigua y natural
Siguiendo con acciones naturales del hombre, no hay nada más natural que al lucha. Es el deporte más antiguo del mundo, dado que queda implícito que para sobrevivir hay que luchar. Pues bien, si analizamos los diferentes deportes de lucha, podemos observa que los practicante de Jiu Jitsu brasileño (una modalidad donde la mayoría de trabajo se realiza en el suelo, tumbado o en cuadrupedia) tienen un 72,2% de dolor crónico de espalda (Reis, 2015) y no estamos hablando de mediana o tercera edad, sino de una edad promedio de 26 años. Por tanto muy sano, muy sano, yo no lo veo.
Si ya nos metemos en Artes Marciales Mixtas, donde se mezcla las acciones de lucha con las de golpeo, la cosa empeora radicalmente en cuanto a salud se refiere.
Trepar
En cuanto a trepar árboles, es algo que los fans de la época prehistórica dirán que está en nuestra naturaleza. Subir árboles es algo que siempre hemos hecho para recoger fruta o huir de depredadores. Ahora mismo no necesitamos subir arboles para estas cuestiones, y yo no recomendaría hacerlo.
Con los números en la mano, es mucho más seguro subir a un andamio que a un árbol. En España, en el año 2014, fallecieron 111 personas (91 hombres y 20 mujeres) al caerse de un árbol. Mientras, las muertes por caídas de andamio fueron 12. Podemos pensar que hay mucha más gente que sube a un andamio que a un árbol, y a pesar de ello se producen 10 veces más muertes. La razón, la puñetera naturaleza:
- Un andamio está diseñado por el hombre (no es natural, no) para soportar un peso determinado. El árbol no.
- El andamio está bien acompañado de medidas de seguridad como redes o cuerdas. El árbol no.
- Cuando subes a un andamio normalmente llevas un casco. Quien sube a un árbol no suele llevar casco.
Otra muestra de que quizás es mejor lo artificial que lo natural.
Natación
Nadar, si nos ponemos a pensar, siendo hombre muy natural no es. Si no te enseñan a nadar te ahogarás. Hoy en día en España mueren ahogadas unas 400 personas al año.
A nivel de salud, realizar largos de crol no parece mejorar la espalda, sino más bien todo lo contrario como ya expliqué en Cadena SER
Resumen
No hay ejercicios naturales. El ejercicio no puede ser natural, dado que debe ser diseñado por el hombre (si hay intervención del hombre ya no se puede considerar natural según la RAE), en base a unos conocimientos de biomecánica individuales de cada persona. Más a menudo de lo que debería veo a estos fans de los movimientos naturales, paleos, animales, etc.. realizar ejercicios contraindicados y con rangos de movimientos que pueden acarrear más perjuicio que beneficio a articulaciones como el hombro o la espalda.
¡¡Si te hablan de alimentación, terapias o ejercicios naturales mi consejo es que huyas!!
