10 marzo, 2017
Bioenergética fácil de entender: Fosfágenos y sistema glucolítico
En función de la demanda, el porcentaje que proviene de cada uno de los sistemas de obtención de energía puede variar drásticamente. La bioenergética del ser humano funciona como un coche híbrido pero con tres motores: batería, gasolina… y un reactor.
En este capítulo sobre bioenergética fácil de entender, destinado a estudiantes, entrenadores personales, preparadores, pero también para deportistas, los dos últimos. Hemos preferido dejar para el final el que suele despertar más interés, el sistema oxidativo, mal llamado aeróbico.
SISTEMA DE LOS FOSFÁGENOS
Este sistema proporciona ATP de manera constante, y gana protagonismo conforme los requerimientos de energía aumentan. Está activo en el inicio de la actividad física independientemente de la intensidad.
La resíntesis de ATP se basa en la unión de ADP (Adenosina+dos fosfágenos) y la fosfocreatina (un grupo fosfágeno). También es posible mediante la unión de dos ADP dando lugar a una molécula de ATP y AMP (Adenosín monofosfato). Esta última molécula tiene una gran importancia debido al papel fundamental que tiene en la estimulación de la glucólisis.
Estas reacciones proporcionan ATP de manera muy rápida. Debido a que el ATP y la fosfocreatina se almacena en pequeñas cantidades en el músculo esquelético, este sistema no puede aportar la energía necesaria para actividades de más de 30 segundos de duración. Además, las fibras musculares tipo II cuentan con una concentración de ATP y fosfocreatina superior a las fibras tipo I.
SISTEMA GLUCOLÍTICO – GLUCÓLISIS
Utilización de glucosa o glucógeno para producir ATP. Se suma al sistema de los fosfágenos para aportar la cantidad de energía que se requiere en cada momento.
Desde el inicio de la ruta, hasta la obtención de PIRUVATO, existe una sola vía o ruta metabólica. Llegado este punto, y en función de la demanda de energía y del oxígeno presente, se abren dos vías diferentes a modo de bifurcación. En la glucólisis rápida el piruvato se convierte en lactato proporcionando energía a una velocidad relativamente rápida pero alterando el pH del medio. Esto obliga a actuar a los diferentes sistemas de tampón que deberán mantener estable la acidez del medio. Si no es necesario tanta energía, la vía utilizada se llama glucólisis lenta. En esta vía el piruvato viaja a las mitocondrias donde, tras convertirse en Acetil-CoA, entra en el Ciclo de Krebs. Este último punto se realiza por vía aeróbica, lo que ha llevado a que, alguno lo denominen incorrectamente glucólisis aeróbica.
El lactato producido será utilizado en la GLUCONEOGÉNESIS para, a través del CICLO DE CORI, convertirse de nuevo en glucosa. De esta manera, aunque con un alto coste de energía, puede seguir utilizándose para obtener energía.
Los procesos que permiten la reutilización del lactato provocan un descenso de este en sangre, también llamado aclaramiento. La concentración de lactato en sangre es el resultado de la diferencia entre producción y aclaramiento.
Cuando, debido a la demanda de energía, se produce más lactato del que se puede reutilizar, se empieza a acumular. Este punto de inflexión se llama umbral anaeróbico o umbral del lactato. Según se ha documentado, suele encontrarse entre el 50% y el 60% del consumo máximo de oxígeno (VO2Max) en no entrenados y entre el 70-80% en entrenados, aunque estos datos responden a medias cuando la realidad es que la variabilidad entre individuos es muy alta.
Respecto a la producción neta de energía, por cada molécula de glucosa la glucólisis rápida es capaz de generar 2 moléculas de ATP (3 en caso de haberse utilizado glucógeno), mientras que si se ha optado por la vía lenta se obtiene entre 36 y 38 moléculas de ATP.