
El primer paso empieza por pensar en ti. Sacar tiempo para la salud, para cuidarte, hará que pasen los años y tu cuerpo te permita hacer lo que quieras. En esta época del año muchas personas nos escriben preguntando: ¿Cómo encontrar un buen entrenador personal?
Plantearse la cuestión en sí es muy buena señal. Estamos acostumbrados a recurrir a un nutricionista para aprender a comer, pero todavía nos cuesta recurrir a un profesional de la actividad física cuando queremos comenzar a realizar ejercicio. Afortunadamente, poco a poco, la sociedad está cambiando. Producto de esa evolución es la importancia que está adquiriendo la labor del entrenador personal como fuente de educación, salud y calidad de vida.
Y tú… ¿Para qué entrenas?
Hacemos ejercicio para cuidarnos. Hacemos ejercicio porque queremos nuestro cuerpo, no porque lo odiamos o pretendamos cambiarlo. Partiendo de esa premisa encontrar un compañero que nos acompañe en ese proceso es fundamental. Podrías fijarte en estos aspectos:
1- Habilitación legal
Parece obvio, pero un entrenador personal debe estar habilitado por ley y, a ser posible, colegiado. Cada Comunidad Autónoma tiene su propia regulación, pero en todos los casos hace falta tener una titulación oficial. Titulaciones oficiales solo existen el grado en Ciencias de la Actividad Física y el deporte, el grado superior de formación profesional en Deporte y Actividad Física (TAFAD) o certificados de profesionalidad emitidos por la seguridad social. En algunas comunidades, como Madrid, se habilitó a quienes pudieran demostrar una experiencia en el ejercicio de la profesión superior a las 2.400 horas en el momento de la entrada en vigor de la regulación profesional. En otras comunidades, como la Valenciana, también quedan habilitados quienes dispongan de un certificado de profesionalidad emitido por Consellería y cuya descripción legal contemple esta profesión.
Cualquier título emitido por una institución privada, que no sea un grado universitario, carecen de la validez legal para el ejercicio de la profesión de entrenador personal. Un máster no es un grado oficial.
Por nuestra salud y seguridad, debe tener al día su seguro de responsabilidad civil y su capacitación profesional. En caso de que un entrenador personal no cumpla los requisitos legales de su comunidad autónoma para el ejercicio de la profesión, en caso de accidente el seguro de responsabilidad civil se desentenderá. Entrenar a una persona requiere conocimientos en fisiología, biomecánica, metodología del entrenamiento. No todo vale. Si tienes alguna patología, intenta recurrir a alguien especializado en la misma.
2- Observa cómo trabaja y sus fuentes de información
Siempre recomiendo observar cómo trabaja el entrenador personal que vamos a contratar. Cómo trata a sus clientes, su forma de prescribir ejercicio (¿adapta realmente el entrenamiento a la patología del cliente?), cómo realiza las sesiones… Visita su instalación y presta atención a su sala. Su mesa de trabajo puede decir mucho… ¿Qué está leyendo o estudiando? ¿Qué libros tiene? Todo eso puede darnos una pista real de cómo es ese profesional.
3- Las redes sociales son sólo la punta del iceberg de un entrenador personal
Un perfil llamativo de Instagram no deja de ser un mero escaparate. Busca el número de colegiado o su titulación de la persona que sigas. Presencial u online, realiza una entrevista con el profesional y observa cómo se desenvuelve en la cercanía. Busca personas o empresas profesionales – con una buena reputación-, no personajes.
4- Cuidado con los servicios gratuitos
Todo trabajo debe ser remunerado. Si un entrenador personal ofrece un servicio gratis, el producto eres tú (tus datos).
5- Gestor de expectativas sanas
Busca un compañero de viaje que te haga sentir bien en cada una de tus etapas vitales. Las vidas de las personas no son planas. Todos tenemos etapas mejores y peores, elige a aquella persona que sea flexible y evite juzgarte. Siempre he creído que el mejor entrenador personal es aquel que se preocupa por la salud de su cliente y le plantea expectativas sanas y sostenibles. Elige a aquel profesional que sea capaz de hacer que mantengas el ejercicio, te encuentres en la cresta de la ola o a ras de subsuelo, mediante expectativas sanas: flexibles, realistas, sin un calendario, sin fotos de antes y después, ni milagros y sobre todo, a partir de ti.
6- Trabajo interdisciplinario
El equipo es fundamental. Un buen entrenador personal no te querrá solo para él, estará dotado de una red de profesionales a los que podrá derivarte: cardiólogos, fisioterapeutas, endocrinos, nutricionistas, psicólogos. Desconfía de aquellos que saben y abarcan todas las disciplinas. Los todo en uno suelen ser los buenos en nada.
Acerca del autor
Sara Tabares es entrenadora personal y directora deportiva de PERFORMA Entrenadores Personales en Valencia. Sara también es Licenciada en Periodismo, Graduada en Ciencias de la Actividad Física, Másters en Fisiología del Ejercicio por la Universidad de Barcelona y en Promoción de la Salud por la Universidad de A Coruña. Premio Concha García Campoy al mejor programa de divulgación científica en la categoría de Radio y autora de los libros “Ellas Entrenan”, “Entrena Bien, Vive Mejor” y “La profesión de entrenador Personal”