La primera pregunta que nos hacemos debería ser: ¿Sabemos escuchar al cuerpo? Lo hacemos, también al sistema inmunológico, la nutrición y el descanso. El estado psico-emocional nos genera al ser humano que tengamos la capacidad intuitiva, automática, de saber en qué estado nos encontramos.

Las patologías más frecuentes que nos podemos encontrar a nivel lumbar, en primer lugar son las puramente posturales como pueden ser rectificación de las curvas raquídeas, ligeras actitudes escolióticas o simplemente dolores ligamentarios facetarios como consecuencia de las malas posturas. Esto serían las causas más leves de dolor lumbar. También tenemos la patología vertebral como pueden ser las hernias de disco, las protusiones -que son muy frecuentes a nivel lumbar sobre todo en las zonas más hipermóviles como puede ser la lumbar número 5 con respecto al sacro-. También están las protrusiones discales: deformaciones que se producen en el núcleo pulposo del disco vertebral y rotura -o no- de los anillos circunferenciales en torno al núcleo pulposo que acaban generando esa hernia de disco.

Además, también los síndromes facetarios pueden generar dolor lumbar. Las facetas articulares tienen la membrana sinovial y y una inflamación de las membranas, muy vascularizadas, sinoviales que generan un gran dolor muy puntual en en las articulaciones intervertebrales.

La clave para la prevención del dolor lumbar no es más que el movimiento, ya que facilita la capacidad de adaptación a las actividades de la vida diaria.

Evidentemente está la patología congénita, la que está en nuestro ADN, no a nivel músculo esquelético; en este caso que afecta a la columna. Para ello, el movimiento también ayuda a reforzar para para reequilibrar y mejorar automatismos, que acaban adaptándose de una manera más eficiente y que nos permiten poder vivir con el problema de una manera muy digna.

El ejercicio físico siempre tiene que ser analítico e individualizarlo. Se tiene que adaptar a las necesidades que tiene cada cada individuo. Hablar de qué tipo de ejercicio deberíamos hacer para prevenir o tratar el dolor lumbar es un poco complejo. No se trata de modas, no se trata de de tipos de entrenamiento que se ponen en redes sociales como puede ser el CrossFit, el pilates o yoga. Todo tiene que partir de una buena metodología adaptada por un buen diagnóstico biomecánico. Gracias al mismo, se podrá prescribir correctamente qué tipos de ejercicio y con qué metodología tenemos que trabajar para evitar el dolor lumbar.

Mucha gente hace esta reflexión: ¿Entrenar más core hará que eliminemos el dolor lumbar? El core es una metodología más de trabajo que que se emplea, pero habrá ejercicios que pueden estar indicados o que no. Al final son modas. Se habla de core refiriéndose al trabajo del núcleo, a reforzar el área muscular del abdomen, pero el core es mucho más. Es un buen control de la cintura escapular a través de la musculatura interescapular o de los pectorales. Esto mejora nuestra capacidad postural de la columna cervicotorácica.

Todo parte de una buena movilidad articular, control neuromuscular y trabajo de la fuerza.

1- El correcto diagnóstico biomecánico

2- Profesional cualificado. Debemos ser tratados por un profesional que esté capacitado para poder trabajar con el individuo con seguridad y con la ciencia en la mano.

3- Empatía. Se necesita individualizar el trabajo con con la persona, tenemos que escucharla, adaptarnos al momento, a la situación, al día cada cada día. Puede ser diferente la evolución de la patología y para eso tenemos que tener herramientas. A lo mejor un día tenemos que hacer estiramientos, otro mucha movilidad articular y al siguiente ejercicios de Core y otros tipo de gestos adaptados a la situación… Para eso tenemos que tener recursos, formación y exigir que el profesional que trabaje con herramientas basadas en la evidencia científica.

A lo largo de su carrera, ¿qué error se ha encontrado de forma frecuente a la hora de abordar este tipo de lesiones? Llevo 25 años de experiencia profesional. Me inicié como fisioterapeuta, observaba, trabajaba el tejido y la recuperación de una manera: solo en camilla. Hubo un momento en el que me sentí un maquillador de signos clínicos, solo iba a la sintomatología . Sabia que al final con la con la manipulación, con mis manos, con mis aparatos, con mi diagnóstico biomecánico era capaz de mejorar la sintomatología, pero no era capaz de ni de prevenir, ni de recuperar la función y ahí es donde, evidentemente, empecé a completar mi formación como preparador físico. Esto me permite actualmente desarrollar de una manera más eficiente mi tarea como Readaptador. Recuerda: Dime a qué te digas y te diré lo qué te vas a lesionar. Este es el fallo fundamental.

 

Cesar Gimilio es Licenciado en ciencias de la actividad física y deporte, fisioterapeuta, Osteópata y Readaptador en el Valencia CF. Profesor de biomecánica durante 13 años en la UEV, UCV y UV. En la actualidad componente del cuerpo técnico de José Bordalas como preparador físico, dirigiendo clubes como el Getafe CF y él Valencia CF. Director de la Clínica César Gimilio en Valencia.