Por edad de entrenamiento entendemos los años que un deportista lleva entrenando de manera organizada e ininterrumpida. Una variable que todo entrenador personal debería tener en cuenta al diseñar planes de entrenamiento.

Conforme aumenta la experiencia y los años de entrenamiento (edad de entrenamiento) observamos como cada vez son necesarias intensidades más altas para seguir mejorando. Esto equivale a menos repeticiones máximas para seguir evolucionando en un mismo objetivo puesto que las intensidades anteriores han dejado de suponer suficiente estímulo. De esta manera, cuando según la teoría existen unas determinadas intensidades óptimas en función del objetivo, observamos que no siempre es así viéndose altamente afectado por aspectos relacionados con el entrenamiento y cómo el sistema neuromuscular mejora su destreza y capacidad para generar fuerza.

Si nos basamos en las tablas que relacionan intensidades con un porcentaje de la carga máxima para una sola repetición (ej. 85% de 1RM), observamos como en determinados ejercicios, según la naturaleza de los músculos implicados, un deportista recientemente iniciado puede llegar a realizar 20 repeticiones con un 75% de 1RM. Con el paso de un sólo año de entrenamiento serio, bien organizado y ejecutado, observamos como la capacidad y destreza para generar fuerza máxima (1RM) ha aumentado en mayor medida que con intensidades relativas, es decir, pesos inferiores al máximo que seríamos capaz de mover. Tras un año haciendo el mismo ejercicio y utilizando la misma intensidad (75% de 1RM), ya no podría apenas pasar de 10 repeticiones. Tras cinco años es posible que esta cifra baje a 4 repeticiones máximas.

Lejos de verse como una disminución del rendimiento, supone todo lo contrario. Aunque ante misma intensidad hagamos menos repeticiones, esta misma intensidad (en este caso 75% de 1RM) equivale cada año a un mayor peso en términos absolutos (Kg).

Conocer como afecta la edad de entrenamiento nos sirve para ilustrar hasta qué punto las tablas que relacionan intensidad relativa (%1RM) y número de repeticiones no son fiables. Por esta razón, no deben utilizarlas los entrenadores personales, instructores o deportistas para diseñar entrenamientos.

Resulta más apropiado la utilización de un número determinado de repeticiones máximas junto con un margen de seguridad respecto al fallo muscular, también conocido como carácter de esfuerzo, en función del objetivo deseado. No obstante, es posible que el número de repeticiones máximas deba ser cada vez inferior, así como el margen o carácter de esfuerzo cada vez más fino, si queremos seguir evolucionando conforme adquirimos experiencia y edad de entrenamiento. De esta manera, la edad de entrenamiento también afectaría al número de repeticiones óptimo para un determinado objetivo aunque supone una metodología más fiable. 

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