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25 septiembre, 2017

Cómo entrenar o hacer ejercicio con Hipertensión Arterial

hipertension arterial

La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa, en muchas ocasiones no da la cara. La Fundación Española del Corazón admite de que las enfermedades hipertensivas han doblado el número de fallecimientos en la última década, pasando de 6.661 en 2005 a 12.674 en 2015.

La hipertensión arterial es una patología que conlleva una mayor resistencia para el corazón a la hora de ejercer presión sobre las arterias para que éstas lleven sangre a los órganos del cuerpo. Consideramos hipertensión arterial aquella que supera los 140/90 mmHg.

Consecuencias de la hipertensión arterial

A nivel cardíaco puede producir enfermedad arterial coronaria, hipertrofia, fallo cardíaco o muerte súbita, isquemia o accidentes cerebrovasculares. También puede ocasionar insuficiencia renal y retinopatías. Las causas pueden estar relacionadas con el sobrepeso, hereditarias o por estrés.

Fisiología de la Hipertensión Arterial

Existen dos mecanismos para la regulación de la tension arterial: a corto plazo (más rápido) y a largo plazo (más lento). La regulación de la presión arterial a corto plazo la realiza el sistema nervioso vegetativo. Es un control de respuesta rápida (se pone en marcha en segundos o en pocos minutos) y se ejecuta a través de modificaciones en el tono vascular y en la frecuencia cardiaca. La tensión arterial a largo plazo es regulada por los riñones. Cuanto mayor sea el flujo sanguíneo por la arteriola aferente, mayor será el filtrado glomerular, mayor la cantidad de líquido que se expulsa por la orina y mayor será el descenso de la presión.

Tal y como afirma el JNC VII (Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure), la modificación del estilo de vida contribuye a reducir la presión arterial sistólica.

– Bajar 10 kg de peso disminuye en 5-20 mmHg la presión arterial

– Una dieta adecuada la disminuye en 8-14 mmHg

– Reducción del consumo de sal 2-8 mmHg

– Actividad física 4-9 mmHg

– Reducción del consumo de alcohol 2-4 mmHg

Entrenar o hacer ejercicio con Hipertensión Arterial (HTA)

Tanto el entrenamiento aeróbico como el de fuerza son seguros y eficaces. También influye en la mejora de algunos síntomas, y en el incremento de la capacidad física. La prescripción de ejercicio debería ser rutinaria en la práctica clínica diaria. Esto no sucede en la realidad sanitaria en la que vivimos.

El tipo, intensidad, volumen y frecuencia de entrenamiento se debería consensuar y adecuar a las características individuales del paciente. Esto mejoraría la adherencia al ejercicio físico y sus beneficios a largo plazo.

La dosis mínima de ejercicio necesaria para disminuir la mortalidad o la morbilidad no ha sido adecuadamente establecida. Se recomienda de forma general de 3 a 5 sesiones a la semana, de 20 a 60 minutos de ejercicio aeróbico a una intensidad entre el 40-80% de la capacidad máxima.

Respecto al entrenamiento de fuerza, se recomienda entre 2 y 3 sesiones de entrenamiento semanal (que podrían sustituir a alguna sesión de entrenamiento aeróbico), 1-3 series de entre 8 y 15 repeticiones a una intensidad del 50-80% de 1RM y un total de 8-10 ejercicios (N.F. Gordon, L. S.Pescatello, 2010).

Caminar es, con seguridad, el tipo de ejercicio más barato, accesible y sostenible para la mayoría de pacientes y ha demostrado su eficacia en el descenso de la tensión arterial (L.L. Lee, M.C. Watson, C.A. Mulvaney, C.C. Tsai, S.F. Lo, 2010). Los cuentapasos pueden ser un elemento para fomentar la motivación.

Mediante la realización de ejercicios de fuerza se puede obtener una disminución de 3 mmHg (Goodwin KA, Headley SA, Pescatello LS, 2009).

Qué evitar al hacer ejercicio con Hipertensión Arterial

  1. Evitar llegar al fallo (técnico o muscular)
  2. Evitar maniobra de la Valsalva
  3. Los gestos a realizar deben ir en función del carácter de esfuerzo, el factor expresado por la relación entre el esfuerzo realizado y el realizable o posible que puede manifestar el sujeto en cada momento (González-Badillo y Rivas, 2002). Con lo que en estos casos deberíamos quedarnos lejos del fallo.
  4. Los gestos por encima de la cabeza o invertidos aumentan la tensión arterial.
  5. Los ejercicios que mueven mucha masa muscular (sentadillas, peso muerto…) elevan la tensión arterial más que los monoarticulares.

Precauciones

Valores en reposo de PAS (presión arterial sistólica) mayor o igual a 200 mmHg o de PAD (presión arterial diastólica) mayor o igual a 115 mmHg constituyen una contraindicación para realizar ejercicio.

Si durante la sesión se alcanzan valores de PAS mayores o iguales a 250 mmHg o de PAD mayor o igual a 120 mmHg, se ha de parar y esperar a que disminuyan o dar por terminada la sesión.

Medicación

Diuréticos

Actúan sobre los riñones para que aumenten la eliminación de sodio. Esta molécula se elimina junto con agua. Como consecuencia de esto, aumenta la cantidad de orina diaria (diurésis). De esta manera, se disminuye la cantidad de líquido de la sangre y la presión arterial bajaría.

Betabloqueantes

Como su nombre indica, bloquean los efectos del sistema nervioso simpático, que aumenta la presión arterial como respuesta al estrés. Estos fármacos hacen que el latido del corazón sea más lento. Tiene menos fuerza y, por tanto, disminuyen las pulsaciones por minuto. En el entrenamiento, enmascararían la frecuencia cardíaca que nos marca el pulsómetro.

Bloqueantes de los receptores de la angiotensina II

Se trata de los fármacos más recientes para la presión arterial. Protegen los vasos sanguíneos de una hormona llamada angiotensina II, que los estrecha y aumenta la presión arterial. La enzima conversora de angiotensina convierte la angiotensina I en angiotensina II. Los inhibidores bloquean este proceso y detienen la producción de angiotensina II, lo que baja la presión arterial.

Referencias

1.- N.F. Gordon, L.S. Pescatello. ACSM’s Guidelines for Exercise Testing and Prescription (8th ed.), Wolters Kluwer. Lippincott Williams&Wilkins, Baltimore (2010)

2.- G.F. Fletcher, P.A. Ades, P. Kligfield, R. Arena, G.J. Balady, V.A. Bittner, et al. Exercise standards for testing and training: A scientific statement from the American Heart Association. Circulation, 128 (2013), pp. 873-934

3.- L.L. Lee, M.C. Watson, C.A. Mulvaney, C.C. Tsai, S.F. The effect of walking intervention on blood pressure control: A systematic review. Int J Nurs Stud., 47 (2010), pp. 1545-1561

4.- Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure The JNC 7 Report.

5.- Heredia, JR; Peña, G; Mata, F; Isidro, F; Martín, C; López, I; Reguillo, C; Edir Da Silva, M. Propuesta de definición y control del volumen de entrenamiento de fuerza (neuromuscular) en programas de fitness. Revista EFDeportes.com. 2014. Año 18, No 188.

6.- González-Badillo JJ, Ribas Serna J. Bases de la programación del entrenamiento de la fuerza. 1ª ed. Zaragoza: Inde. 2002.

Sara Tabares es entrenador personal Valencia, directora de PERFORMA Entrenadores Personales y del programa Ser Saludable en Cadena SER. Puedes leer el resto de sus artículos aquí.
Artículo por

Sara Tabares

Directora deportiva de PERFORMA Entrenadores Personales, Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (Col. COLEFCV 62.850), Licenciada en Periodismo, Máster Universitario en Actividad Física y Salud, y directora del programa "Ser Saludable" en Cadena SER.


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Directora deportiva de PERFORMA Entrenadores Personales, Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (Col. COLEFCV 62.850), Licenciada en Periodismo, Máster Universitario en Actividad Física y Salud, y directora del programa "Ser Saludable" en Cadena SER.


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