Llevo un tiempo viendo cómo compañeros piden una hora diaria de educación física en los centros educativos. No quiero que se olvide porque es una cuestión de salud pública. Si un niño practica deporte durante su infancia, se divierte y lo ama, mantendrá ese hábito durante toda su vida. Eso se traducirá en una sociedad más sana y feliz, pero también un menor coste para el sistema sanitario.
No sirve de nada obligar al alumno a realizar actividad física durante un tiempo si no disfruta de ella… Si logramos esto, conseguiremos que esa práctica sea sostenible en el tiempo y así sus beneficios (cardiovasculares, composición corporal, fuerza, óseos, desarrollo motor, psicológicos) perduren y se conviertan en un hábito. Se llama prevención. Si los que «velan» por nosotros invirtieran en eso no tendríamos semejantes cifras de obesidad ni problemas relacionados. Por esta razón, la educación física diaria y amena durante la infancia es fundamental en la educación de los niños.
La educación física fue clave en mi vida. Si no hubiera sido por ella, sería un número más en las largas listas del fracaso escolar. “Tu cerebro funciona de forma diferente, cuando lo descubras y sepas usarlo verás que es maravilloso”. Esa fue la frase de mi orientadora cuando, los psicólogos, tras realizarme mil tests, me diagnosticaron TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) con 12 años.
Pasé por las consultas de varios profesionales. Por aquel entonces muy pocos sabían qué era aquello. Quisieron medicarme. En el colegio estuvieron a punto de meterme en adaptación curricular, porque parecía que en clase en vez de atender a las lecciones, «oía llover» y no paraba de mover las piernas cuando estaba sentada en mi silla. En medio de todo ese caos, del disgusto de mi familia y de mi desconcierto, mi orientadora al ver que solo era feliz en Educación Física dijo: «Vamos a ver… Dejadla que se mueva por favor. No la coartemos. Que se mueva. Encontraremos la manera».
«La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo». Paulo Freire.
Es cierto, no me valía estudiar igual que al resto. Mi mente desconectaba y se iba a mil sitios. Atarla era y a veces sigue siendo complicado. Tardé años en desarrollar mi propio método de estudio, pero lo encontré. No era más lista ni más tonta que el resto, solo que no había encontrado la manera. Mi manera fue el ejercicio mantenido y sostenido durante toda mi etapa escolar. A día de hoy si hubiera sido por «la mayoría» no estaría aquí, en medio de mi querida segunda carrera.
Estar aquí se lo debo a «a los del chandal», esa frase que me duele profundamente cuando se usa de forma despectiva.
El tiempo y la ciencia les han dado la razón. Cada vez son más los estudios que demuestran que un programa de actividad física de duración prolongada tiene efectos positivos en las funciones ejecutivas de los niños con TDAH. (Ziereis y Jansen, 2015). Es cierto, en el deporte en edad escolar se debería contar con las personas más cualificadas con amplios conocimientos pedagógicos y metodológicos en el ámbito de la actividad física y el deporte. De esta forma, se podrán establecer los planteamientos y las estrategias adecuadas que conlleve al alumnado una vinculación duradera y positiva con la práctica físico-deportiva a lo largo de toda su vida (González y Campos, 2010).
Sólo soy una de las «del chandal», madre, periodista y futura CCAFYD de corazón convencida, que lleva en el sector de la actividad física desde que es una niña, con más de 10.000 horas como entrenadora personal a las espaldas. Por eso pido a quienes nos manejan y, en teoría, velan por nuestros intereses, les rogaría que empiecen a ver más allá. La Educación Física NO ES GIMNASIA, no es dar patadas a un balón, no es correr sin sentido, no es perder el tiempo. Les rogaría que miren los estudios científicos, que piensen en los niños, que apueste por educar en SALUD. Al final… ¿Qué hay más importante que eso?
Si estás de acuerdo, si consideras que introducir una hora diaria de educación física en los centros educativos es una prioridad de salud nacional, firma esta petición de Jose Miguel del Castillo en Change.org.
Firmado: La del chandal.
Referencias
González y Campos (2010). La intervención didáctica del docente del deporte escolar. Revista de Psicodidáctica. 15(1), 101-120.
Ziereis y Jansen. (2015). Effects of physical activity on executive function and motor performance in children with ADHD. Research in Developmental Disabilities. 38. 181–191.
La del chandal es entrenador personal en Valencia, periodista y directora de PERFORMA Entrenadores Personales. Puedes leer el resto de sus artículos aquí.