La ropa de compresión es una realidad instaurada desde hace años. Triunfa cualquier accesorio que permita mejorar el rendimiento sin tener que pasar por un mayor esfuerzo o dedicación al entrenamiento. No obstante, la ciencia avanza y, de vez en cuando, aparecen accesorios que pueden ayudarnos.
La ropa de compresión es un caso poco habitual. Empezó como una tendencia basada en teorías razonadas sin avalar. Con el tiempo, la ciencia ha ido dando la razón a algunos argumentos de venta tradicionales, y quitándoselo a otros.
Como veremos a continuación, la ropa de compresión no es ni mucho menos la panacea que se trataba de vender. Los beneficios, excepto en un punto muy concreto que veremos, son moderados en el mejor de los casos. Los resultados de los diferentes estudios pueden ser desde altamente positivos, hasta todo lo contrario. Evidentemente, las marcas utilizarán como argumento de venta los estudios con resultados positivos, aún cuando los que hayan obtenido resultados negativos sean superiores en número o nivel de evidencia. Esto recibe el nombre de “Falacia de la evidencia incompleta” o “Cherry picking” y podemos encontrarlo por doquier.
¿Por qué debería hacer caso a este artículo y no a otros?
A diferencia del resto de estudios y artículos, en este sólo citaremos los resultados y conclusiones de Metanálisis y revisiones sistemáticas (máximo nivel de evidencia y credibilidad), una categoría cuyo formato exige la contemplación de todos los estudios publicados que cumplan con un rigor mínimo conforme a unas exigencias objetivas (criterio de inclusión). Los resultados de cada uno de ellos se tratan estadísticamente de manera conjunta obteniendo conclusiones más rigurosas al contemplar una cantidad de datos mucho mayor. Además, sólo utilizaremos metanálisis y revisiones sistemáticas publicadas en los tres últimos años y en las revistas más prestigiosas y fiables del sector. Concretamente en Sports Medicine y el British Medical Journal.
Ropa de compresión y rendimiento
No se ha observado una mejora del rendimiento cuando se utiliza ropa de compresión, independientemente de la presión que ejerza.
Sin embargo, cuando se cruza los datos de todos los estudios analizados se ha observado ligera mejora en tiempo de aparición de la fatiga, economía de carrera, aclaramiento del lactato, sensación de esfuerzo, fuerza máxima isométrica, daño muscular provocado durante el ejercicio, inflamación, así como diversas variables de índole biomecánica como, por ejemplo, el tiempo de contacto sobre el suelo o frecuencia y amplitud del paso cuando se utiliza ropa de compresión. No obstante, dichas mejoras, tal y como decíamos antes, no son suficientes para provocar una mejora en el rendimiento (Maratón, medio maratón, Trail 15Km, carrera de 5 y 10Km y sprint de 400m).
Ropa de compresión y recuperación
A diferencia del rendimiento, parece que la ropa de compresión tiene mucho que aportar en la recuperación, sobre en relación con el daño muscular, dolor y agujetas.
La misma revisión que no observó una clara mejora en el rendimiento por llevar ropa de compresión documentó una clara y sustancial mejora en la sensación de dolor muscular y agujetas inmediatamente después del ejercicio así como en las horas y días siguientes.
Además, un meta análisis publicado en el British Journal of Sports Medicine que analizó los beneficios de llevar ropa de compresión después de realizar ejercicio, documentó una clara mejora en la recuperación de la función muscular, dolor y marcadores de daño muscular cuando se utilizaba durante las horas y días siguientes a la práctica deportiva.
Por si fuera poco, el meta análisis más reciente sobre ropa de compresión, publicado en Sports Medicine en Abril de 2017, observó una mejora sustancial cuando se utiliza con el objetivo de favorecer la recuperación muscular post-ejercicio, siendo la mejora especialmente notable a partir de las 24 horas desde la finalización de la actividad física. Dicha mejora comparativa es mayor conforme aumenta el daño muscular provocado por el ejercicio, tal y como ocurre en el entrenamiento de fuerza, sobre todo excéntrico y pliométrico.
Además, se documentó una mayor recuperación en rendimiento ciclista, así como la capacidad para generar fuerza, pasadas 24 horas desde la finalización de la actividad física. Tal y como vimos en la entrevista al Dr. Oliver Gonzalo, publicada en este mismo medio, se trata de una variable más fiable para medir la recuperación que los marcadores habituales de daño muscular.
Referencias
- Hill J, et al. Compression garments and recovery from exercise-induced muscle damage: a meta-analysis. Br J Sports Med 2013;0:1–7
- Engel FA. “Is there evidence that runners con benefit from wearing compression clothing? Sports Med, 2016
- Brown, F at al. Compression Garments and Recovery from Exercise: A Meta-Analysis. Sports Med, 2017