La enfermedad renal, en su última etapa, requiere llevar a cabo una terapia sustitutiva para poder eliminar las toxinas de nuestro propio organismo (mejorando la supervivencia), y donde el acceso para ello se produce gracias a la creación de la fístula arteriovenosa. De esta forma, un acceso “errado” es una barrera, por ejemplo, para la diálisis, debiendo tener la vena un diámetro mínimo de 2.5 milímetros. Concretamente, parece que la fístula arteriovenosa radiocefálica (en la zona del antebrazo) es la mejor forma de acceso para este tipo de tratamientos, ya que se asocia con menos complicaciones asociadas como trombosis e infecciones, prevalentes entre el 10 y 33% de los sujetos.
¿Puedo mejorar la creación de la fístula arteriovenosa?
Aludiendo a la barrera anteriormente citada (no poder crear la fístula arteriovenosa) y centrándonos en la etapa pre-cirugía, es importante saber que el ejercicio puede ser útil al incrementar el diámetro de la vena, mejorando la permeabilidad de la misma. Concretamente, aquí sobresale el ejercicio de fuerza, y especialmente aquel que no genera movimiento o isométrico, llevándolo a cabo, por ejemplo, con “apretones” a una pelota blanda (20 veces por minuto) durante 30 minutos, pudiendo dividirlo en varias tandas a lo largo del día. No obstante, el entrenamiento de fuerza convencional supervisado (aquí os dejamos una forma de distribuirlo en una sesión: ) también puede ser eficaz, así como el de resistencia aeróbica o a intensidad moderada (como caminar o andar en bici), el cual, realizado, por ejemplo, media hora antes (durante una hora) de una sesión de hemodiálisis, aumenta la permeabilidad de la fístula arteriovenosa.
Fístula arteriovenosa y ejercicio
El hecho de apretar una pelota blanda durante 2 series de 15 minutos, con aproximadamente 20 de “apretones” por minuto, aumentó en 8 semanas el diámetro de la vena favoreciendo la creación de la fístula arteriovenosa (Kurmar K. et al.2019)
Posibles complicaciones
No obstante, es necesario que tengamos que cuenta que durante la enfermedad renal crónica existe cierto deterioro óseo, sobre todo durante la diálisis, incrementando el riesgo de fracturas. De esta forma, el brazo que tiene la fístula arteriovenosa se vería afectado, disminuyendo esta condición el flujo sanguíneo hacia el antebrazo y la mano.
¿Y qué pasa después de la cirugía?
Finalmente, debemos destacar las indicaciones post-cirugía para la realización de ejercicio, teniendo en cuenta que se necesitan de 4 a 8 semanas para introducir la cánula, donde las opciones señaladas anteriormente podrían ser válidas, sin embargo, hay que tener en cuenta varias cosas que te contamos en varios vídeos del canal de Instagram de Traïnsplant.
¿Podemos realizar peso muerto teniendo una fístula radial?
No debemos tener miedo a cargar peso con fístula, sino precaución, ya que existe una relación positiva entre utilización del brazo con fístula y masa ósea o muscular. Por todo esto, y si decides empezar un programa de entrenamiento, no dudes en contactar con el equipo Trainsplant, nosotros nos ocuparemos de analizar tu caso y poder ayudarte a cumplir tus objetivos.
Referencias
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Kumar A/LS Katheraveloo, K., Suryani Safri, L., Guo Hou, L., Hafiz Maliki, A., Md Idris, M. A. et al. (2020). Effect of isometric handgrip exercise on the size of cephalic veins in patients with stage 3 and 4 chronic kidney disease: A randomized controlled trial. The journal of vascular access, 21(3), 372-378.
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Acerca del autor
Ignacio Hernando es graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con master en Formación del profesorado y Actividad Física y Salud, encontrándose realizando actualmente su doctorado en este último ámbito. Ademas, es entrenador personal en Traïnsplant, empresa dedicada a ofrecer servicios relativos a ejercicio físico en con patologías crónicas.